Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Autoridad de Desarrollo de Suelo Urbano encargó al arquitecto Richard Kirk, en abril de 2010, el diseño de un Centro Comunitario para el nuevo barrio Fitzgibbon.
El centro es una respuesta al paisaje suburbano popular en el que está situado. El área de matorrales que bordea el sitio ha sido utilizada como vertedero informal de vehículos fuera de uso y otros desechos, lo que con el tiempo ha deteriorado el paisaje. El diseño del Centro Comunitario Fitzgibbon responde a esta condición del entorno a través de la forma del proyecto, logrando redimir y redefinir la relación de la gente con el paisaje, generando una obra de arte instalada en ese ambiente.
La fachada del edificio toma presencia desde la calle a pesar de estar retraída varios metros de la línea oficial con su fachada intercalada de vanos verticales, modificada para incorporar los pocos y singulares árboles restantes en el lugar. Esto a su vez colabora con los programas del edificio como centro cultural de uso mixto que incorpora servicios de salud para los afiliados, oficinas, espacios de reunión, tiendas y salones comunales.
El "corazón" del proyecto es un gran espacio techado y abierto al exterior, que conforma un portal de acceso desde el eje del nuevo centro comercial de Fitzgibbon, a las huellas entre los matorrales y los senderos hacia el Norte. Este portal actúa como punto de partida y llegada para los senderos, con el equipamiento esencial y un punto de venta.
Aunque formalmente abstracto y recatado el centro hace un uso provocador de los materiales, que destacan y se proyectan como un futuro hito en la comunidad. El edificio es contenido por verdaderas cuchillas escultóricas de acero, materialidad inspirada en las carrocerías de vehículos oxidados, que se encontraban en el sitio. Los quiebra luz de acero forman una pantalla permeable a la calle, que revela a intervalos vistazos al interior del edificio al aproximarse con velocidad promedio desde un vehículo. Detrás de esta pantalla de textura oxidada, el edificio está revestido de madera contrachapada teñida, con grandes cristales operables para permitir el flujo de ventilación natural, y amplios aleros para proporcionar la entrada de iluminación cenital sin sobrecalentar los recintos. Este uso de materiales naturales adaptables al clima y el control a través de un sistema climático pasivo, permiten al Centro Comunitario Fitzgibbon la posibilidad de evolucionar y responder con el transcurso del tiempo a las transformaciones de su paisaje suburbano.